viernes, diciembre 29, 2006

Adolescentes con trastornos alimentarios, adultos con desordenes mentales

Según se desprende de un estudio realizado en la Universidad de Columbia los trastornos alimentarios durante la adolescencia se asocian con un elevado riesgo de padecer problemas físicos y mentales durante la edad adulta.

Los trastornos alimentarios durante la adolescencia se asocian con un elevado riesgo de padecer problemas físicos y mentales durante la edad adulta, según se desprende de un estudio realizado en la Universidad de Columbia y publicado en la revista' Archives of General Psychiatry.

Los participantes del estudio fueron 717 jóvenes con una edad media de 13 años al inicio del estudio (51% mujeres) que completaron un cuestionario en los años 1983, 1985-86 y 1991-93.

También fueron entrevistadas las madres de los participantes.

Estos jóvenes constituían una muestra significativa de todas las clases socioeconómicas de Estados Unidos, con un número de blancos y católicos un poco por encima de la media nacional.

Un 10% de las adolescentes entrevistadas y un 1% de los varones tenían trastornos de la alimentación, aunque sólo el 22% de ellos habían recibido tratamiento específico por este motivo.

Estas alteraciones durante la adolescencia se asociaron con la presencia de fatiga cónica, insomnio, dolor crónico, migraña o problemas crónicos de salud durante esa etapa de la vida.

También se asociaron con ansiedad, depresión, trastornos de personalidad, abuso de sustancias y tendencias al suicidio.

Los adolescentes con trastornos alimentarios tuvieron más riesgo de tener síntomas cardiovasculares, fatiga crónica, insomnio, dolor crónico, síntomas neurológicos, mareos, limitación de la actividad diaria por problemas de salud y miedo a estar enfermos en su edad adulta.

La asociación siguió siendo significativa cuando se ajustó por posibles confusores como el sexo, la edad, la presencia de otros trastornos psiquiátricos, el peso o el salario.

No hubo asociación con la aparición de diabetes. Sin embargo estos sujetos tuvieron más riesgo de tener trastornos psiquiátricos en su edad adulta, como ansiedad, depresión o intentos de suicidio.

Los autores del estudio concluyen que los adolescentes con problemas relacionados con la alimentación tienen un alto riesgo de tener problemas de salud también en su edad adulta.

Dado que la mayoría de los individuos con trastornos alimentarios no están bien diagnosticados ni tratados, parece importante hacer un esfuerzo para el reconocimiento precoz de estos problemas y su derivación a especialistas, lo que quizá podría evitar la presencia de complicaciones en la edad adulta.

La anorexia precoz puede atrofiar de forma permanente el crecimiento de las adolescentes

En un estudio llevado a cabo por investigadores del Albert Einstein College of Medicine de Nueva York, estas chicas fueron 3,8 centímetros más bajas al alcanzar la pubertad y tuvieron el primer periodo significativamente más tarde.

La mayoría de chicas que desarrollan anorexia antes de la menstruación son posteriormente incapaces de alcanzar su pleno crecimiento, incluso aunque puedan retornar a unos patrones de alimentación normales, según concluye un estudio publicado en el Journal of Adolescent Health.

En este trabajo, llevado a cabo por investigadores del Albert Einstein College of Medicine de Nueva York, 13 de las 16 chicas en estudio que eran anoréxicas antes de la pubertad no alcanzaron su estatura potencial, calculada en función de la altura de sus padres.

De promedio, estas chicas fueron 3,8 centímetros más bajas de lo que deberían haber sido.

Las 16 chicas fueron tratadas por anorexia antes de alcanzar la pubertad y seguidas hasta un año después de ese momento, cuando los autores estimaron que debían haber alcanzado aproximadamente su estatura adulta.

Al final del estudio, 12 de las chicas eran más bajas que la media para su edad, aunque diez de ellas comenzaron a crecer cuando su ingesta nutricional mejoró con el tratamiento.

A medida que las adolescentes avanzaron en su pubertad, crecieron más rápido, pero incluso en los momentos de mayor crecimiento lo hicieron por debajo de los patrones habituales en las chicas estadounidenses.

Además, estas chicas tuvieron el primer periodo a los 15 años de promedio, significativamente más tarde que el resto de las adolescentes norteamericanas.


Fuente:
Cortesía de-Nlm.nih.gov

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