El tratamiento antiarrugas Botox aliviaría los casos severos de calambre del escritor, indicó un nuevo estudio.
El calambre del escritor es un tipo de distonía en el que las contracciones musculares involuntarias fuerzan una postura o un movimiento anormal en una determinada parte del cuerpo.
En las personas con calambre del escritor, esas contracciones anormales afectan la mano y el brazo durante la escritura, aunque en algunos casos, tareas similares como usar un utensilio o afeitarse causan muchos problemas.
Existen varios tratamientos, desde la terapia física hasta la acupuntura o la "reeducación de la escritura", pero la mayoría de las personas obtienen sólo un alivio limitado, afirmaron los autores.
La toxina botulínica A para combatir las arrugas, más conocida por su nombre comercial Botox, se usa para tratar otros tipos de distonías, como los espasmos crónicos de los músculos del ojo.
La toxina interfiere en los mensajes químicos que disparan las contracciones musculares.
Para conocer si la terapia mejora el calambre del escritor, investigadores en Holanda inyectaron toxina botulínica o solución salina en músculos afectados de la muñeca y la mano de 40 pacientes.
Los pacientes recibieron una segunda inyección un mes después, salvo que estuvieran satisfechos con la recuperación después de la primera dosis.
"El calambre del escritor puede generar mucha discapacidad y los pacientes se sienten avergonzados", dijo a Reuters Health el autor principal del estudio, el doctor Jose Kruisdijk, de la Universidad de Amsterdam.
"Algunos de nuestros pacientes hasta perdieron el trabajo porque casi no podían escribir", agregó el experto.
El equipo halló que, después de tres meses, el 70 por ciento de los pacientes tratados con toxina botulínica dijo que su condición había mejorado y que querían seguir el tratamiento, contra menos de un tercio de aquellos que habían recibido inyecciones con solución salina.
Aunque la toxina botulínica ayudó a muchos pacientes del estudio, el tratamiento tiene sus desventajas.
No es una solución definitiva, de modo que las inyecciones se deben repetir en el tiempo y los efectos adversos incluyen debilidad en el músculo tratado.
En el estudio, la mayoría de los participantes que recibieron el tratamiento dijeron sentir debilidad en la mano, aunque fue leve y pasajera, indicaron los autores.
"Esta evidencia es suficientemente sólida para tratar pacientes que sufren de calambre del escritor.
Más aún cuando no existe otro tratamiento efectivo", dijo Kruisdijk.
Fuente:
Cortesía de-Nlm.nih.gov
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