martes, enero 22, 2008

La adicción al chocolate debilitaría los huesos


Existe cada vez más evidencia de que el chocolate es bueno para el corazón, pero un nuevo estudio sugiere que no sería tan beneficioso para los huesos. Un grupo de mujeres adultas mayores que comían chocolate todos los días tenían huesos más débiles y delgados que las que se daban ese gusto con menos frecuencia.

La causa de esa diferencia, aparentemente, no fue la alimentación general, halló el equipo dirigido por el doctor Jonathan M. Hodgson, de la Escuela de Medicina y Farmacología de la University of Western Australia, en Perth. "Este es el primer estudio sobre la relación entre el consumo de chocolate y la calidad de la estructura ósea y cuestiona si su consumo aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas", escribió el equipo en American Journal of Clinical Nutrition.

Los chocolates son ricos en flavonoides, sustancias a las que algunos estudios les atribuyen beneficios óseos. Pero también, agregaron los autores, el chocolate contiene oxalato, que inhibe la absorción del calcio, y azúcar, que eleva la eliminación del calcio.

Para conocer el efecto del chocolate sobre los huesos, el equipo estudió a 1.001 mujeres de 70 a 85 años, que participaban en un estudio sobre el uso de suplementos con calcio y riesgo de fractura. Las mujeres que consumían chocolate todos los días tenían una densidad ósea un 3,1 por ciento menor, en promedio, que las participantes que comían la delicia menos de una vez por semana, como así también huesos más débiles en el talón, la tibia o el mentón.

Las consumidoras habituales de chocolate comían la misma cantidad de frutas y vegetales frescos que el otro grupo de participantes. También consumían la misma cantidad de grasas saturadas, carbohidratos o azúcar, pero menos proteína, almidón, fibra y potasio.

Las mujeres que consumían chocolate todos los días pesaban menos que el resto y, en promedio, tenían un índice de masa corporal (IMC) más bajo. El IMC es una formula que se usa para determinar si una persona está por encima o por debajo de su peso normal.

Las consumidoras de chocolate ingerían más calorías y tenían un nivel socioeconómico mayor que el resto de las participantes. La relación entre el consumo frecuente de chocolate y una menor densidad ósea se mantuvo incluso tras considerar esos factores.El equipo sugiere que "el efecto estaría asociado con un componente del chocolate en lugar del estilo de vida o la alimentación".

Los investigadores insisten en la necesidad de realizar más estudios para confirmar o rectificar esta relación y concluyeron que "su confirmación tendría efectos importantes sobre la prevención de la osteoporosis y las fracturas".

FUENTE:
En Alianza con Medlineplus/Reuters Health

sábado, enero 12, 2008

Beba un poco, permanezca activo, y salve su corazón



Investigadores daneses informan que beber de manera moderada y mantenerse físicamente activo es la fórmula para mantener alejada la enfermedad cardiaca. De hecho, las personas que no bebían ni eran físicamente activas tenían un riesgo entre treinta y 49 por ciento más alto de desarrollar enfermedad cardiaca que las personas que bebían, hacían ejercicio o ambos.


"Este estudio coincide con varios estudios anteriores que han mostrado que la actividad física en el tiempo libre y el consumo moderado de alcohol se relacionan con un menor riesgo de mortalidad cardiovascular y por todas las causas", apuntó el Dr. Gregg C. Fonarow, profesor de cardiología de la Universidad de California en Los Ángeles. "Sin embargo, es muy importante anotar que estos hallazgos, sobre todo en cuanto al consumo de alcohol, nunca se han verificado en ensayos clínicos aleatorios, lo cual es necesario antes de realizar ninguna recomendación sobre el uso del alcohol para la reducción del riesgo cardiovascular", advirtió Fonarow.


En el estudio, Morten Gronbaek, director de investigación del Instituto nacional de salud pública de la Universidad del sur de Dinamarca en Copenhague y sus colegas, recolectaron datos sobre 11,914 hombres y mujeres daneses a partir de los veinte años de edad que participaron en el Estudio cardiaco de la ciudad de Copenhague. Durante un seguimiento promedio de veinte años, 1,242 personas murieron de enfermedad cardiaca y 5,901 murieron de otras causas, según el informe que aparece en la edición del 9 de enero de la European Heart Journal. Tanto entre hombres como entre mujeres, ser físicamente activo se relacionó con riesgos significativamente más bajos de enfermedad cardiaca fatal y de muerte por cualquier otra causa, en comparación con ser físicamente inactivo.


Además, beber alcohol se relacionó con un menor riesgo de enfermedad cardiaca fatal que no beber. La bebida moderada redujo el riesgo de muerte entre hombres y mujeres. Sin embargo, entre los que bebían en exceso, el riesgo de morir fue similar al de los que no bebían, encontraron los investigadores. Entre las personas que eran físicamente activas, las que no bebían tenían entre treinta y 31 por ciento más de riesgo de enfermedad cardiaca fatal, en comparación con los bebedores moderados.


Sin embargo, entre las personas que no bebían pero que tenían un nivel moderado o alto de actividad física, su riesgo de enfermedad cardiaca fatal se redujo en hasta 33 por ciento frente a aquellas que no hacían ejercicio ni bebían. De hecho, los que bebían por lo menos una bebida a la semana y eran físicamente activos tenían un riesgo entre 44 y 50 por ciento menor de morir por enfermedad cardiaca que aquellos que eran físicamente inactivos y no bebían. Además, las personas que eran físicamente activas y consumían una bebida a la semana tenían un riesgo de muerte por cualquier causa hasta 33 por ciento más bajo, según encontró el equipo de Gronbaek.


"La actividad física y un consumo moderado de alcohol pueden disminuir el riesgo de enfermedad cardiaca fatal y de mortalidad por todas las causas. Pero ni la actividad física sola ni la ingesta de alcohol pueden revertir por completo el aumento en el riesgo relacionado con la inactividad física y la abstención del alcohol. Por ende, tanto la actividad física como la ingesta de alcohol son importantes para disminuir el riesgo de enfermedad cardiaca fatal y la mortalidad por todas las causas", concluyeron los investigadores. Un experto considera la actividad física y la bebida moderada como partes de un estilo de vida sano.


Los mensajes clave de este estudio, que se basa en un gran cohorte, son reafirmaciones de lo que ya sabemos, no revelaciones", afirmó el Dr. David Katz, director del Centro de investigación en prevención de la Facultad de medicina de la Universidad de Yale. "La ingesta moderada de alcohol reduce el riesgo de enfermedad cardiaca. Igual pasa con la actividad física, de manera aún más contundente. Al combinar ambas cosas, los beneficios se suman". Sin embargo, Katz enfatizó que las prácticas que promueven la salud son más poderosas cuando se combinan en un patrón general de vida sana.


"Combinar la actividad física regular no sólo con una ingesta moderada de alcohol, sino con un patrón dietético sano, un sueño adecuado, una gestión eficaz del estrés y la evitación del tabaco, se puede reducir el riesgo de enfermedad cardiaca y muerte prematura por cualquier causa de manera dramática", señaló Katz.


Fuente: En Alianza con Medlineplus

martes, enero 08, 2008

Alimentos saludables se están volviendo más costosos


El precio de las frutas y los vegetales está trepando más rápido que la inflación, mientras que la comida chatarra se está abaratando, sugirieron los resultados de un nuevo estudio. Por medio del chequeo de precios minoristas en las principales cadenas de supermercados de Seattle, investigadores de la University of Washington hallaron que los alimentos de bajo contenido calórico y ricos en nutrientes, principalmente las frutas y los vegetales, eran mucho más costosos, caloría por caloría, que los dulces y los "snacks".

Asimismo, el precio promedio de los alimentos bajos en calorías aumentó casi un 20 por ciento en dos años. En cambio, en el mismo lapso de tiempo hubo una reducción del 2 por ciento en el costo de la mayoría de las comidas de mayor carga calórica, como la manteca, las papas fritas, las galletas y los dulces.

Los resultados, publicados en Journal of the American Dietetic Association, resaltaron la existencia de un obstáculo clave para una alimentación saludable. Y explicarían por qué las tasas de obesidad son mayores entre los estadounidenses más pobres, indicaron los investigadores.

"Mientras que los alimentos pesados (en calorías) siguen siendo la opción más accesible, el precio de los alimentos saludables recomendados y de bajas (calorías) ha aumentado desproporcionadamente", escribieron los doctores Pablo Monsivais y Adam Drewnowski.

En el estudio, los investigadores examinaron los precios de 372 alimentos y bebidas en venta en las cadenas de supermercados de Seattle en el 2004 y el 2006. El 20 por ciento de incremento en el costo de los alimentos con menos cantidad de calorías estaría dejando a la comida saludable fuera del alcance de los estadounidenses que más necesitan estos alimentos, señaló el equipo.

"El hallazgo de que los alimentos de alto contenido (calórico) no sólo son los más baratos sino los más resistentes a la inflación, ayudaría a explicar por qué se siguen observando las tasas más altas de obesidad entre los grupos de recursos económicos más limitados", concluyeron los autores.

FUENTE:
En Alianza con Medlineplus/Reuters Health

jueves, enero 03, 2008

Cápsulas aceite de pescado aportan mismo omega 3 que el pescado


Las cápsulas de aceite de pescado y los pescados grasos enriquecen la sangre y otros tejidos con la misma cantidad de omega 3, indicó un estudio. Pero esto no significa que las cápsulas y el pescado sean igualmente buenos para el corazón, dijo a Reuters Health el doctor William S. Harris, de la University of South Dakota.

"Existen cosas que pueden cambiar los lípidos en sangre, pero que no le hacen nada al corazón y viceversa", agregó el experto. La Asociación Estadounidense del Corazón y otros grupos recomiendan consumir ácidos grasos omega 3 para reducir el riesgo cardiovascular, mientras aseguran que el consumo de pescados grasos y cápsulas de aceite de pescado tendrían el mismo efecto, escribió el equipo dirigido por Harris en American Journal of Clinical Nutrition.

Pero existen pocos estudios sobre si el organismo procesa del mismo modo los ácidos grasos del pescado o de cápsulas de aceite de ese animal. Para investigarlo, 11 mujeres comieron dos porciones de atún o salmón por semana, mientras que otras 12 consumieron la misma cantidad de omega 3 (unos 485 miligramos diarios) en cápsulas. Tras 16 semanas, la cantidad de ácidos omega 3 en los glóbulos rojos de ambos grupos había aumentado entre un 40 y un 50 por ciento, mientras que el omega 3 en plasma (el líquido sin células de la sangre) había crecido un 60 a un 80 por ciento.

"Comenzamos este proyecto con la idea de que el pescado sería mejor, según estudios previos", indicó Harris. Pero el autor agregó que según estos resultados "no habría diferencia entre obtener los ácidos omega 3 de un concentrado en cápsulas o del pescado; tienen el mismo efecto en el enriquecimiento de los tejidos".

Harris dijo que alentaría a consumir pescado en lugar de confiar en las cápsulas. "El pescado incluye proteínas, minerales y otros factores buenos para la salud que las cápsulas no aportan, pero no los pudimos medir", concluyó.

FUENTE:
en Alianza con Medlineplus/Reuters Health