Muchas personas son susceptibles a desarrollar esta condición irreversible debido a factores genéticos, aunque se sabe que el tabaquismo potencia ese riesgo.
Los dos nutrientes, la luteína y la zeaxantina, son carotenoides, es decir, compuestos que le dan color amarillo a muchas frutas y vegetales.
Ambas sustancias ayudan al organismo a prevenir esta enfermedad, aparentemente al permitir que los ojos filtren la luz de onda corta y eviten otros efectos dañinos sobre la mácula o centro de la retina, explicaron los investigadores.
"No se observaron asociaciones claras con otros nutrientes", incluidas la vitamina C y E y el betacaroteno, indicó el equipo dirigido por John Paul SanGiovanni, del Instituto Nacional del Ojo, uno de los Institutos Nacionales de Salud, en Maryland.
El estudio, que duró 6 años, indagó sobre los hábitos alimentarios de 4.519 personas que tenían entre 60 y 80 años al inicio del estudio.
Aquellos participantes ubicados en la quinta parte que más consumía alimentos con los dos nutrientes tenían un 35 por ciento menos de posibilidades de desarrollar degeneración macular que los que se encontraban en el quinto de menos ingesta.
"La luteína y la zeaxantina serían agentes útiles para las intervenciones con alimentos o suplementos diseñadas para reducir el riesgo de DME", escribieron los autores en su informe, publicado en Archives of Ophthalmology.
Entre los alimentos considerados buenas fuentes de ambos nutrientes estudiados se encuentran los huevos, la espinaca, la coliflor, el nabo, el repollo de hoja suave, la lechuga romana, el brócoli, el calabacín, el maíz, las arvejas y los repollitos de Bruselas.
Fuente:
Medlineplus/Reuters Health
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