Hay muchas personas que se preocupan por bajar de peso, y eso es algo completamente saludable (en algunos casos, en otros ya existen factores patológicos que impulsan a la persona a preocuparse excesivamente por su peso). No obstante, existen muchos mitos respecto a las estrategias que se ponen en práctica para lograr que nuestra balanza nos muestre lo que queremos.
Uno de estos mitos (y tremendamente popular) es el que dice que si nos salteamos una comida bajamos de peso. Mucha gente intenta no desayunar (¡ERROR GRAVÍSIMO!) o no almorzar para bajar de peso, cuando en realidad esto, además de ser nocivo nos hace subir de peso.
Nuestro cuerpo tiene mecanismos muy inteligentes, y se da cuenta de inmediato cuando decidimos no comer. Por supuesto que esto es terriblemente dañino para nuestro organismo, pero éste tiene una serie de mecanismos que actúan para lidiar con estos momentos. Justamente son estos mecanismos los que nos hacen engordar.
Si no ingerimos comida por lapsos prolongados (ocho o diez horas, por ejemplo), nuestro cuerpo de inmediato detecta que algo extraño ocurre, y que debe ponerse en campaña para controlar esta situación. Es así como comienza a almacenar toda la energía que recibe. De este modo todo lo que comamos en la comida que le sigue al ayuno será almacenado por completo, haciéndonos subir de peso.
Lo de hacer tres comidas diarias no es una mera convención social o tradición, sino que responde a necesidades de nuestro cuerpo. La glucosa, fuente de energía de nuestro organismo, circula por nuestra sangre por unas cuatro o seis horas, para luego almacenarse si ya se ha llegado al nivel necesario de circulación. Pero cuando la glucosa se almacena ésta se transforma en grasa, causando así un aumento del tejido adiposo.
Como puede verse es toda una coyuntura la que nos hace subir de peso si recurrimos a los ayunos para bajar de peso. Esto no es ninguna paradoja, y lejos de serlo es una realidad. Debemos procurar cubrir las tres comidas diarias para así lograr un equilibrio entre las necesidades de nuestro cuerpo y el alimento que ingerimos.
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