jueves, diciembre 27, 2007

Té verde puede reducir riesgo de cáncer de próstata


Tomar té verde puede reducir el riesgo de cáncer de próstata avanzado, según un estudio realizado por investigadores del Centro Nacional del Cáncer de Japón.
El estudio reveló que los hombres que tomaron cinco o más tazas de té verde por día pudieron reducir a la mitad el riesgo de desarrollar cáncer de próstata avanzado, en comparación con aquellos que bebieron menos de una taza diaria.
"Esto no significa que las personas que toman té verde tengan garantizada la reducción del riesgo de cáncer de próstata avanzado", dijo Norie Kurahashi, un científico que participó en la investigación. "Sólo estamos presentando nuestros resultados. Pero el estudio no apunta a la esperanza de que el té verde reduce el riesgo de cáncer de próstata avanzado", agregó.
El cáncer de próstata es mucho menos común entre los hombres asiáticos que entre los occidentales y eso podría deberse a los efectos del alto consumo de té verde en Asia, indicó el estudio. Pero agregó que se necesitan más investigaciones para confirmar los efectos preventivos del té verde sobre el cáncer de próstata, incluyendo análisis clínicos bien diseñados.
El estudio, publicado en American Journal of Epidemiology, recopiló datos de 50.000 hombres de entre 40 y 69 años durante un período de hasta 14 años desde 1990. La organización benéfica británica Cancer Research UK dijo en su sitio de internet que un estudio de casi 20.000 japoneses publicado en el 2006 en el British Journal of Cancer no encontró relación entre el té verde y el cáncer de próstata.

martes, diciembre 18, 2007

La TV puede aumentar la presión arterial en los niños obesos


Los niños obesos que miran televisión muchas horas son más propensos a tener presión alta que los que pasan menos tiempo frente a la pantalla, demostró un nuevo estudio. El aumento del estrés psicológico y la comida chatarra que se consume durante esas horas podrían influir en esta relación, dijo a Reuters Health el autor principal del estudio, el doctor Jeffrey B. Schwimmer, de la University of California en San Diego.

El equipo dirigido por Schwimmer halló que los niños obesos que miraban entre dos y cuatro horas de TV por día eran 2,5 veces más propensos a tener presión alta que los que miraban menos TV, mientras que en los que pasaban más de cuatro horas frente a la pantalla se triplicaba el riesgo de tener hipertensión.

El tiempo de exposición a la TV influye claramente en la obesidad, mientras que el aumento de la presión es consecuencia de la obesidad, escribieron los autores en American Journal of Preventive Medicine.

Para investigar esta relación, ellos evaluaron a 546 niños de 4 a 17 años bajo tratamiento contra la obesidad. El 43 por ciento tenía presión alta. La mayoría de los participantes con presión alta miraban 2 horas o más de TV. El tiempo de exposición estaba relacionado también con la severidad de la obesidad.

Los niños que miran TV por más tiempo también comen más alimentos grasos y salados, lo que influiría directamente en el aumento de la presión, apuntó el equipo.

Estudios demostraron que los niños que miran más TV sufren más estrés psicológico que el resto y cada vez hay más evidencia de que el estrés puede alterar la comunicación entre el cerebro y el resto de los órganos, lo que afecta la presión y modifica el proceso de acumulación y distribución de la grasa en el cuerpo.

Los resultados destacan la importancia de limitar la exposición de los niños a la TV a menos de dos horas diarias, como lo recomienda la Sociedad Estadounidense de Pediatría, dijo el autor; esto sería especialmente importante para los niños obesos. Los pediatras no suelen controlar la presión a los niños y, si lo hacen, "no suele ser correctamente. Los padres deberían conversar sobre esto con los pediatras", aseguró Schwimmer.
FUENTE:
En Alianza con Medlineplus/Reuters Health

jueves, diciembre 13, 2007

La carne también aumentaría el riesgo de cáncer pulmonar


Las personas que comen mucha carne roja y procesada corren más riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluido el de pulmón y el colorrectal, informaron investigadores estadounidenses. El trabajo es el primer estudio amplio que muestra una relación entre la carne y el cáncer pulmonar. También demostró que las personas que consumen mucha carne tienen más riesgo de padecer cáncer de hígado y esófago.

Asimismo, los hombres aumentarían su peligro de cáncer pancreático al comer carne roja.

"Una disminución en el consumo de carne roja y procesada podría disminuir la incidencia de cáncer en varios lugares" del cuerpo, señaló el equipo de la doctora Amanda Cross, del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, en el informe publicado en la revista PLoS Medicine.
Los investigadores estudiaron a 500.000 personas de entre 50 y 71 años que participaron en un estudio sobre alimentación y salud.

Luego de ocho años, se habían diagnosticado 53.396 casos de cáncer. Se observó un riesgo alto, de entre el 20 y el 60 por ciento, de desarrollar cáncer de esófago, colorrectal, hepático y pulmonar en los pacientes con la mayor ingesta de carne roja. Ese riesgo aumentaba aún más si se tenía en cuenta el tabaquismo. "La ingesta de carne roja no se relacionó con el cáncer gástrico o de vejiga, la leucemia, el linfoma o el melanoma", añadieron los investigadores.

La carne roja incluyó todo tipo de corte vacuno, de cerdo y de cordero, mientras que entre la carne procesada se contó la panceta, las salchicas y los chorizos de carne vacuna y porcina y el jamón, entre otros. Los expertos manifestaron que las carnes pueden provocar cáncer de muchas maneras.

"Por ejemplo, son fuente tanto de las grasas saturadas como del hierro, que se han asociado de forma independiente con la carcinogénesis", escribió el equipo. La carne es también fuente de varios químicos que producen mutaciones en el ADN.
Fuente:
En Alianza con Medlineplus/Reuters Health

martes, diciembre 11, 2007

Estudios prevén enormes aumentos en casos de obesidad infantil

La cantidad de niños obesos se incrementará drásticamente en los próximos años, al igual que las tasas de enfermedad cardíaca, según dos estudios realizados en Estados Unidos y Dinamarca. "Si no tomamos medidas para revertir la tendencia, los chicos de cada generación futura parecen estar destinados a ser más gordos y enfermarse más que sus padres", señaló el doctor David Ludwig, del Hospital de Niños de Boston, en un comentario en New England Journal of Medicine, donde se publicaron los estudios.

El estudio danés, que evaluó a más de un cuarto de millón de niños en edad escolar en Copenhague entre 1930 y 1976, reveló que los chicos con sobrepeso crecieron con más problemas cardíacos, sobre todo los varones.

Cuanto más pesaban en la niñez, particularmente en la adolescencia, mayor era el riesgo de desarrollar problemas de corazón.

Por ejemplo, un chico de 13 años que pesaba 11,2 kilos más que el promedio era un 33 por ciento más propenso que un niño de peso normal a padecer un ataque cardíaco o algún otro problema causado por la enfermedad coronaria a los 60 años.

Los hallazgos "sugieren que más chicos que nunca están enfrentando mayores riesgos de enfermedad coronaria en la adultez", dijo el equipo dirigido por Jennifer Baker, del Centro de Salud y Sociedad de Copenhague.

Cerca del 17 por ciento de los varones y el 16 por ciento de las mujeres que viven actualmente en Estados Unidos, más de 9 millones de personas en total, tienen sobrepeso.

El segundo estudio indicó que de este grupo, el 25 por ciento de los chicos son actualmente obesos y que la cifra aumentará a entre el 30 y el 37 por ciento en el 2020, cuando los pacientes tendrán unos 35 años.

Para las mujeres en ese grupo, el 32 por ciento de las cuales ahora son obesas, la tasa aumentará a entre el 34 y el 44 por ciento, según el equipo de investigadores dirigido por Kirsten Bibbins-Domingo, de la University of California en San Francisco.

Esto conducirá a más casos de enfermedad cardíaca, diabetes e hipertensión a edad más joven y ni los tratamientos agresivos no bastarán para detener la tendencia, indicaron los expertos.
En el 2035, la prevalencia de enfermedad cardíaca habrá aumentado entre un 5 y un 16 por ciento, estimó el equipo.


"Mis colegas y yo predijimos que la obesidad pediátrica reduciría la expectativa de vida en Estados Unidos dos a cinco años a mitad de siglo, un efecto equivalente al de todos los cánceres en conjunto", dijo Ludwig.

Fuente:
En Alianza con Medlineplus/Reuters Health

martes, diciembre 04, 2007

El vino aliviaría la inflamación arterial

Como un dato más que se suma a la evidencia de que un poco de vino beneficia al corazón, un nuevo estudio sugiere que las mujeres que consumen cantidades moderadas de esa bebida tendrían menos inflamación arterial. Investigadores españoles hallaron que después de cuatro semanas de consumir dos copas diarias de vino, las mujeres tenían menos cantidad de ciertas sustancias inflamatorias en sangre.

Los resultados del estudio, publicado en American Journal of Clinical Nutrition, sugieren la existencia de un mecanismo de protección cardíaca que se activaría con el consumo de vino, en especial, el tinto.

Muchas investigaciones hallaron que los consumidores de vino suelen tener tasas más bajas de enfermedad cardíaca que los no bebedores. Y sugieren también que el aumento del colesterol HDL o "bueno" sería una causa, aunque no la explicación.

Conocer cómo el vino protege el corazón demostraría que la relación entre la bebida en base a uva y el infarto es directa, indicó el doctor Emilio Sacanella, autor principal del estudio.

Los estudios que señalan que los consumidores de vino tienen mejor salud cardíaca no demuestran que el vino sea la causa, explicó Sacanella, de la Universidad de Barcelona.

Los amantes del vino, por ejemplo, podrían tener una alimentación de mejor calidad, hacer más ejercicio o tener otros hábitos buenos para el corazón, dijo el investigador a Reuters Health.
En el informe, el equipo dirigido por Sacanella analizó los efectos potenciales del vino sobre la inflamación, que es parte de la respuesta orgánica a las lesiones.


La inflamación crónica leve como respuesta a situaciones de estrés, como fumar o tener colesterol alto u obesidad, favorece la formación de depósitos grasos (placas) en la pared interna de las arterias.

La inflamación facilitaría la ruptura de esas placas y la formación de un coágulo que podría provocar un ataque al corazón. El equipo reunió a 35 mujeres sanas consumidoras de vino. Todas pasaron cuatro semanas con una alimentación saludable para el corazón y sin vino y otras cuatro semanas en las que incluyeron una copa de vino tinto en el almuerzo y en la cena. Repitieron esta rutina con vino blanco.

A las cuatro semanas, el HDL de las participantes había aumentado y había disminuido la cantidad de sustancias inflamatorias en sangre, como la proteína C reactiva. El vino tinto tenía más efecto que el blanco.

El gran beneficio del vino tinto estaría relacionado con su alta concentración de polifenoles, indicó el equipo. Los polifenoles son compuestos vegetales que actúan como antioxidantes y ayudan a reducir la inflamación.

Según Sacanella, estudios poblacionales demostraron que las personas que beben vino con moderación (uno o dos vasos por día) tendrían un tercio menos riesgo de morir por enfermedad cardíaca que los no bebedores.

"Por lo tanto, una persona que toma esta cantidad de alcohol debería mantener este hábito saludable", dijo el autor.

No obstante, agregó, los médicos no pueden recomendarles a los no bebedores que adopten este hábito de consumo, ya que muchas personas son vulnerables al alcoholismo y sus consecuencias para la salud.

FUENTE:
En Alianza con medlineplus